La influencia de los padres en las conductas sexuales de riesgo de sus hijas
¿Hasta que punto la conducta de un padre puede influir en que su hija tenga conductas sexuales de riesgo?
Investigaciones anteriores suelen afirmar que la influencia de un padre con respecto a la conducta sexual de sus hijas puede explicarse básicamente por motivos genéticos. Una hija puede haber heredado del padre una serie de genes que la predispongan a una serie de conductas de riesgo, como por ejemplo la tendencia a relacionarse con personas problemáticas. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Developmental Psychology, y realizado por investigadores de la Universidad de Utah, sugiere que aunque probablemente existan componentes genéticos, existen otros factores que no son genéticos.
Divorcio, separación y conductas sexuales de riesgo
En la investigación participaron varios pares de hermanas que habían pasado diferente cantidad de tiempo con su padre. Concretamente, en el estudio se compararon los resultados de hermanas biológicas de diferentes edades, que habían experimentado en diferentes momentos de su vida el divorcio o la separación de sus padres, de forma que el tiempo que habían pasado con su padre era sensiblemente diferente. Con este método se logró separar la influencia debida a motivos genéticos, de la debida a la influencia ambiental (como por ejemplo el nivel socioeconómico, la confesión religiosa, etc.).
La diferencia de edad mínima entre las hermanas fue de 4 años de edad, y la hermana menor tenía menos de 14 años antes de que se produjera la separación. También se usaron los resultados de hermanas cuyos padres no se habían separado ni divorciado como grupo de control.
Los investigadores partieron de la hipótesis de que en las familias divorciadas o separadas, la influencia del padre sería mayor en las hijas mayores que en las hijas menores, ya que las hijas mayores habían pasado más tiempo con su padre.
Conductas sexuales de riesgo y calidad parental
El resultado de la investigación, que confirma la hipótesis de partida, sugiere que existe una relación causal (causa - efecto) entre el comportamiento de un padre y las experiencias sexuales de su hija.
La cantidad de tiempo que pasaban con sus padres y el tipo de padre, influía en el tipo de ambiente social en el que se desenvolvían sus hijas. El estudio encontró que las hermanas mayores, las cuales habían pasado más tiempo con sus padres, estaban fuertemente influenciadas por la calidad de la paternidad que recibieron.
Cuando existía una paternidad de mayor calidad, aumentaba la supervisión por parte de los padres. Por lo que las hermanas mayores tenían menos probabilidades de relacionarse durante la adolescencia con amistades con conductas sexuales de riesgo, comparadas con sus hermanas menores. Del mismo modo, se encontraron los resultados opuestos cuando las hermanas mayores se verían más influidas por una paternidad de mala calidad.
La supervisión de los padres sobre la vida de sus hijos incluye conductas como la comunicación y el conocimiento sobre lo que el hijo ha estado haciendo, con quien se suele relacionar y en qué actividades gasta su tiempo y su dinero. Diferentes investigaciones han demostrado que una mala supervisión por parte de los padres suele estar asociada con un mayor consumo de drogas, delincuencia juvenil y con otros problemas de conducta.
Según la investigación, la simple presencia del padre no es suficiente. La calidad de la relación entre el padre y su hija tiene consecuencias tanto a nivel de la supervisión general que recibe por parte de los dos progenitores, como en la probabilidad de relacionarse con amigos más promiscuos.
Prevención de las conductas sexuales de riesgo
Los hallazgos de esta investigación también sugieren que los programas sociales para prevenir las conductas sexuales de riesgo entre las niñas, deberían de incluir aspectos que promuevan las relaciones con compañeros más prosociales y la mejora de las habilidades parentales, incluidas las habilidades comunicativas de los padres con sus hijos adolescentes.
Para los investigadores no es suficiente prestar atención a los efectos que la separación y el divorcio ejercen sobre los niños, ya que podría ser más importante cual es la conducta del padre cuando este está en el hogar.
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